La Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos presentó un plan para frenar el declive de las cuencas maduras, que combina incentivos fiscales, estabilidad normativa y simplificación operativa, con el objetivo de preservar empleo, mantener recaudación provincial y asegurar el abastecimiento energético
Ante un panorama de elevados costos operativos, precios bajos del crudo y la caída de inversiones, la CEPH alerta que muchos yacimientos convencionales están al borde de la inactividad. Aunque el sector no convencional ha ganado protagonismo, los campos tradicionales aún representan una proporción significativa de la producción total y concentran reservas estratégicas.
El régimen sugerido incluye: reducción de regalías al 6 % o un esquema ajustado por rentabilidad; eliminación de impuestos distorsivos; estabilidad fiscal, cambiaria y normativa por 30 años; deducciones aceleradas en el impuesto a las ganancias para inversiones en recuperación mejorada; un régimen cambiario especial; exención de Ingresos Brutos por cinco años; y digitalización de trámites con respuesta en 10 días mediante una ventanilla única.
El documento advierte que un colapso de la actividad convencional afectaría severamente las finanzas de las provincias productoras, el empleo regional y la estructura energética nacional, por lo que insiste en que una transición ordenada hacia lo no convencional no desarme capacidades existentes ni redes laborales.