El crudo cayó a los precios mínimos después de que se calmara el tenso clima bélico entre Irán e Israel
Israel anunció este martes el fin de su ofensiva militar contra Irán, que comenzó el 13 de junio, tras aceptar un alto el fuego bilateral propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según el gobierno israelí, lograron neutralizar la “doble amenaza” que representaba el programa nuclear y los misiles balísticos de Irán, y advirtieron que responderán ante cualquier violación del acuerdo.
Trump confirmó que la tregua entró en vigor a las 04 GMT y pidió respeto mutuo. Este anuncio llega después de nuevos enfrentamientos: Israel bombardeó el norte de Irán, dejando nueve muertos, mientras que Irán lanzó misiles sobre la ciudad de Beerseva, donde murieron cuatro personas. Además, en varias ciudades, incluyendo Tel Aviv, sonaron las sirenas de alerta.
Todo esto se dio poco después de que Donald Trump anuncio el ceso de fuego y un principio de acuerdo entre los países en pugna.
Aunque Israel confirmó su adhesión al acuerdo, Irán aún no ha ratificado oficialmente el alto el fuego. El canciller iraní, Abás Araqchí, negó que exista un pacto firmado, pero afirmó que Teherán no continuará con los ataques si Israel detiene su ofensiva.
Por otro lado, este lunes Irán respondió a la escalada de tensión atacando con misiles la base estadounidense de Al Udeid en Qatar, en respuesta a los bombardeos ordenados por Washington contra tres instalaciones nucleares en Irán. La comunidad internacional observa con cautela si esta tregua se mantendrá en el tiempo.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump afirmó este martes que China está autorizada a continuar comprando petróleo iraní, una declaración que podría interpretarse como una flexibilización de las sanciones estadounidenses contra Irán.
“China ahora puede seguir comprando petróleo de Irán. Ojalá también compre mucho a Estados Unidos”, escribió el presidente en su plataforma Truth Social, mientras se dirigía a una cumbre de la OTAN en La Haya.
El mensaje sugiere un posible giro en la estrategia de presión económica sobre Teherán y abre interrogantes sobre las futuras relaciones comerciales entre Washington, Beijing y Teherán.
