James Cooper, geólogo radicado en Australia y director del servicio de Inversiones de la firma Diggers and Drillers comparó al país con el Chile de hace 50 años
Ante el agotamiento progresivo de los grandes descubrimientos en distritos mineros maduros como Australia y Canadá, la mirada de geólogos e inversores internacionales comienza a desplazarse con fuerza hacia América del Sur. En ese mapa, Argentina emerge como el territorio con mayor potencial inexplorado para un hallazgo minero de clase mundial, según sostiene James Cooper, geólogo radicado en Australia y director del servicio de Inversiones de la firma Diggers and Drillers.
Cooper explica que, por una lógica natural, los profesionales del sector suelen concentrarse primero en sus países de origen. Sin embargo, advierte que décadas de intensa actividad minera en Australia —con reglas claras, mano de obra altamente calificada y tecnología de punta— redujeron de manera significativa las probabilidades de encontrar nuevos yacimientos gigantes. Aunque aún existen oportunidades puntuales, el potencial de grandes descubrimientos está claramente en retroceso.
Un escenario similar se observa en Canadá. Pese a contar con una sólida tradición minera y altos estándares de gobernanza, la exploración exhaustiva realizada durante años limitó las posibilidades de nuevos hallazgos de gran escala, salvo en regiones muy remotas del norte. “Si el objetivo es maximizar las chances de un gran descubrimiento, hoy no hay mejor lugar para mirar que Argentina”, afirma Cooper en su columna publicada en el diario The Northernminer.

El desigual desarrollo de la minería en la misma cordillera
El especialista define al país como una verdadera “tierra de gigantes” para exploradores e inversores, y fundamenta su optimismo en una realidad geológica clave: el cinturón de pórfidos de cobre y oro que convirtió a Chile en el mayor productor mundial de cobre se extiende de manera natural hacia territorio argentino. Sin embargo, a diferencia de su vecino trasandino, la producción de cobre en Argentina sigue siendo marginal.
Esta brecha, aclara Cooper, no responde a limitaciones geológicas sino a factores políticos y económicos. Los megaproyectos mineros requieren estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica sostenida en el tiempo, condiciones que históricamente estuvieron ausentes en Argentina debido a la volatilidad económica y a un clima poco previsible para las inversiones. Como resultado, vastas regiones con enorme potencial permanecieron prácticamente inexploradas.

Un momento favorable para la minería argentina
Para muchos analistas, Argentina atraviesa hoy una etapa comparable a la de Chile hace medio siglo, cuando se concretaron los descubrimientos de mayor escala y ley mineral que marcaron su despegue como potencia cuprífera.
El cambio de escenario comenzó a tomar forma tras la llegada de Javier Milei a la Presidencia en 2023. Las reformas impulsadas por su gobierno, aunque controvertidas, lograron una desaceleración de la inflación y una baja del riesgo país a niveles mínimos en cinco años, generando un renovado interés de la inversión extranjera.
El impacto ya se refleja en el sector minero. A fines del año pasado, BHP anunció un acuerdo multimillonario para adquirir Filo Mining, mientras que Glencore analiza dos grandes desarrollos de cobre que podrían demandar inversiones cercanas a los 13.500 millones de dólares. A esto se suma el fortalecimiento de la presencia local de compañías globales como Barrick, Lundin Mining y Rio Tinto.
Según Cooper, la aplicación de técnicas modernas de exploración en territorios que durante décadas permanecieron cerrados o subexplorados multiplica las probabilidades de descubrimientos relevantes. “Eso es exactamente lo que estamos viendo hoy en Argentina: el despertar de un gigante minero que estuvo dormido durante años”, resume.


