En América Latina, el ICMM destaca a Chile, Perú y México entre los líderes globales, tanto por volumen de producción como por dependencia económica del sector
Un estudio internacional volvió a poner en perspectiva el rol de la minería en la economía argentina. Según la séptima edición del Índice de Contribución Minera (MCI), elaborado por el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), Argentina ocupa el puesto 107 entre 110 países, lo que evidencia el bajo peso del sector en la estructura económica nacional, a pesar de su gran potencial en litio, cobre, oro y plata.
El MCI evalúa la importancia relativa de la minería en cada país a partir de cuatro variables: el valor de las exportaciones mineras, la participación de la producción minera en el PBI, los ingresos fiscales del sector y el nivel de empleo directo e indirecto. Los datos provienen del Banco Mundial, UN Comtrade y el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), entre otras fuentes.
El ranking está encabezado por Mongolia, Surinam, República Democrática del Congo, Guinea y Mauritania, donde la minería representa más del 30% del PBI y constituye una de las principales fuentes de divisas y empleo. En contraste, las economías más diversificadas, como Australia o Canadá, si bien lideran la producción global, muestran una menor dependencia estructural del sector.
Argentina, por su parte, aparece en los últimos lugares del índice debido al escaso peso de la actividad en su economía total: la minería representa apenas el 1% del PBI y cerca del 4% de las exportaciones nacionales, según datos del Ministerio de Economía. Actualmente genera unos 40.000 empleos directos.
No obstante, el país figura entre los productores en expansión dentro del ranking de valor absoluto de producción minera, impulsado por el crecimiento del litio y el desarrollo de proyectos de cobre como Josemaría, MARA y Los Azules. En 2024, las exportaciones mineras superaron los USD 4.000 millones.

En América Latina, el ICMM destaca a Chile, Perú y México entre los líderes globales, tanto por volumen de producción como por dependencia económica del sector. En Chile, por ejemplo, el cobre, el litio y el molibdeno representan más del 60% de las exportaciones totales, mientras que en Perú el cobre, el oro y el zinc cumplen un rol similar. Argentina, Brasil y Colombia, en cambio, mantienen una menor participación relativa, aunque con recursos geológicos de gran valor estratégico.
El informe también advierte que el objetivo del índice no es medir riqueza, sino cuantificar la dependencia económica respecto a la minería. En ese sentido, los países con mayor puntuación no son necesariamente los más desarrollados, sino aquellos cuya economía depende en gran medida de las exportaciones mineras.
El contraste regional volvió a ser tema de debate durante el Coloquio de IDEA, cuando el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, ironizó sobre el distinto aprovechamiento de los recursos a uno y otro lado de la cordillera:
“Cuando Dios creó el mundo y la cordillera, puso todos los minerales del lado de Chile… o somos unos pelotudos”, dijo provocativamente.
Más allá del tono, el comentario reflejó una realidad que el informe del ICMM también sugiere: Argentina tiene el potencial, pero aún no logra transformarlo en un pilar económico.
El desafío, según el propio organismo internacional, pasa por fortalecer el desarrollo sostenible del sector, mejorar la gestión de la renta minera y avanzar en la diversificación productiva para convertir el potencial geológico del país en un motor real de crecimiento.


