La suba del petróleo por la tensión entre Israel e Irán abre una oportunidad económica clave para Argentina, con impacto directo en exportaciones y reservas.
La tensión geopolítica en Medio Oriente, agravada por el reciente ataque de Israel a Irán, provocó un fuerte aumento en el precio internacional del petróleo. El crudo Brent subió más de un 10%, superando los U$S 76, mientras que el WTI superó los U$S 75. Analistas advierten que si el conflicto escala, el barril podría llegar a U$S 120 o U$S 130.
Aunque este escenario representa un riesgo para el abastecimiento global, también se presenta como una oportunidad económica para Argentina, cuya producción petrolera ronda los 760.000 barriles diarios, con 230.000 destinados a exportación. Cada dólar adicional en la cotización internacional implica millones de divisas para el país, en un momento en que los ingresos del agro comienzan a desacelerarse.

Con un precio del Brent sostenido por encima de U$S 75, las proyecciones oficiales estiman que la balanza energética podría cerrar 2025 con un superávit de hasta U$S 8.000 millones, lo que significaría una inyección clave para el Banco Central y una herramienta fundamental para sostener el programa económico.
Sin embargo, esta suba también podría impactar en el precio de los combustibles en el mercado interno. En mayo, YPF redujo un 4% los valores en surtidores tras la baja del petróleo, pero la nueva tendencia podría revertir esa decisión desde julio. Aun así, Vaca Muerta mantiene su impulso, con mejoras en eficiencia y acceso a financiamiento internacional: Oldelval obtuvo un crédito por U$S 85 millones y el consorcio Vaca Muerta Oil Sur está cerca de concretar un préstamo por U$S 1.700 millones para ampliar la capacidad exportadora de la cuenca neuquina.
Fuente: Mejor Energía