Cargando clima...

Minería en aguas profundas: el camino que diseña EE.UU.

Busca garantizar el suministro a largo plazo, fortalecer alianzas y competir con China.

Estados Unidos avanza en el diseño de una estrategia nacional para la minería en aguas profundas, con el objetivo de reforzar su seguridad y autonomía en el suministro de minerales críticos. Esta iniciativa responde a la creciente demanda de recursos estratégicos, como los nódulos polimetálicos, esenciales para tecnologías limpias y defensa, y podría redefinir alianzas geopolíticas clave.

El plan contempla tres caminos posibles: adherirse al acuerdo de la ONU y participar activamente en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA); operar de forma unilateral según su legislación nacional; o bien buscar alianzas estratégicas que le permitan acceder a depósitos minerales bajo el paraguas de la ISA sin adhesión formal. Cada alternativa plantea desafíos legales, técnicos y diplomáticos.

Actualmente, la ISA ha otorgado 31 licencias de exploración, pero aún no definió un marco regulatorio para la explotación comercial. En este contexto, empresas como Lockheed Martin y The Metals Company ya trabajan en proyectos de exploración en el fondo marino, mientras el gobierno analiza cómo facilitar la colaboración público-privada para escalar esta industria emergente.

La minería en aguas profundas también abre la puerta a alianzas comerciales y tecnológicas, dado que muchas de las soluciones requeridas aún están en fase de desarrollo. Para avanzar, Estados Unidos deberá definir con qué socios estratégicos colaborar en función de variables como los costos operativos, el acceso a la tecnología y la ubicación geográfica.

Esta estrategia podría tener un impacto significativo en la competencia con China, el fortalecimiento de vínculos con Canadá y México, y una renovada atención sobre la región del Pacífico, especialmente en territorios insulares que podrían ganar protagonismo en la nueva arquitectura minera global.