El país está adoptando el “modelo uruguayo” que consiste en poner grandes aspas en sitios donde no es posible desarrollar la agricultura.
Argentina avanza en la adopción del “modelo uruguayo” de explotación eólica, instalando aerogeneradores en tierras no aptas para la agricultura con el objetivo de diversificar su matriz energética y avanzar en la descarbonización.
La estrategia, que ha llevado a Uruguay a lograr un 95% de energía limpia, se basa en evaluar los vientos durante años y, en zonas con flujo óptimo, instalar turbinas de hasta 180 metros de altura. Este modelo no solo beneficia a la transición energética, sino que también representa una oportunidad económica para los propietarios de las tierras, quienes reciben un canon anual sin mayor esfuerzo.
Los parques eólicos pueden contar con decenas de turbinas y están diseñados para operar en velocidades de viento entre 40 y 45 km/h, deteniéndose solo en condiciones extremas. Con costos aproximados de dos millones de dólares por molino, la energía generada se vende a empresas privadas o se inyecta en el sistema interconectado nacional.
Este modelo de aprovechamiento del viento marca un paso clave hacia una Argentina más sustentable, integrando energías renovables y optimizando el uso de su territorio.
Fuente: Carbono News