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BHP rompe récords en producción, pero lanza una advertencia al mundo: “La fragmentación comercial ya empezó”

La minera más grande del planeta celebró resultados históricos en cobre e hierro, pero su CEO encendió las alarmas sobre un posible colapso del comercio global. Las tensiones entre potencias, dice, ya se sienten en los mercados.

La australiana BHP, el gigante global de los recursos naturales, acaba de reportar números que harían sonreír a cualquier inversor: su producción de cobre y hierro alcanzó niveles récord durante los primeros nueve meses del año fiscal. Pero en medio del festejo por el rendimiento operativo, la voz de su CEO, Mike Henry, rompió con cualquier entusiasmo desmedido. En un mensaje que sonó más a advertencia que a balance, dejó una frase que retumbó en los despachos de las potencias: “Estamos entrando en una era de fragmentación comercial global”.

Con sede en Melbourne, BHP es uno de los principales termómetros de la economía real: lo que produce, y cómo lo vende, impacta directamente en los engranajes de la industria mundial. El cobre, por caso, es esencial para la transición energética y la electrificación del transporte. El hierro, base del acero, refleja la salud de la construcción y la infraestructura global. Que ambos estén en máximos de producción es un dato de peso.

Pero Henry fue más allá de las cifras. Al analizar el contexto, advirtió que las políticas arancelarias, sobre todo en Estados Unidos y China, están erosionando los cimientos del comercio multilateral. “El impacto en BHP aún es limitado”, aclaró, “pero si esta tendencia se profundiza, afectará la inversión, la innovación y el crecimiento global”. Lo dijo en un tono frío, pero con la precisión de quien ve venir una tormenta.

En paralelo, la compañía redobla su apuesta por los “minerales del futuro”. Apunta al cobre, a la potasa, y a una estrategia de largo plazo que combina expansión con sostenibilidad. Entre sus hitos más recientes está la planta concentradora de Spence en Chile, una obra de más de 2.400 millones de dólares que prolongará la vida útil de Escondida —la mina de cobre más grande del mundo— por medio siglo.

Así, BHP se mueve entre dos frentes: la consolidación de su liderazgo minero y la necesidad de adaptarse a un mundo más inestable, menos previsible. El mensaje es claro: los números cierran, pero la geopolítica ya no es un ruido de fondo. Es parte del negocio.

Fuente: Energy Report