José Luis Morea se refirió a los cambios que se dan en la minería a nivel nacional y la política de atracción de inversiones de Milei
El proyecto de cobre Vicuña, uno de los desarrollos mineros más ambiciosos de la Argentina, puso el foco en primer lugar en el cambio de clima institucional que vive Mendoza y en el avance de iniciativas como PSJ Cobre Mendocino, antes de confirmar formalmente su solicitud de ingreso al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
Así lo expresó José Luis Morea, director senior de Vicuña para Argentina y Chile, al ser consultado sobre la evolución del sector minero en la región cuyana y el nuevo escenario que se abre para el cobre en el país. “Es reconfortante ver pasos en la dirección correcta en favor de la minería sostenible en Mendoza”, señaló, en referencia al giro político e institucional que permitió reactivar proyectos históricamente frenados, entre ellos PSJ, en Uspallata.
El directivo remarcó que estos avances no deben leerse de manera aislada. “Hay que verlo en el contexto de Argentina en su conjunto. A partir del progreso global en mejores prácticas de minería sostenible, el país empieza a recibir esos beneficios”, afirmó. En ese marco, el desarrollo de PSJ aparece como una señal clave para consolidar la licencia social y operativa de la minería del cobre, un mineral estratégico para la transición energética.

Pedido del RIGI para Vicuña
Recién en ese contexto regional y sectorial, Vicuña confirmó esta semana que aplicó al RIGI bajo la modalidad de Proyectos de Exportación Estratégica de Largo Plazo (PEELP). Si bien ni las empresas involucradas —BHP y Lundin Mining— ni el Gobierno nacional precisaron el monto comprometido, el proyecto integrado Josemaría–Filo del Sol tiene capacidad de movilizar inversiones cercanas a los 15.000 millones de dólares en el mediano plazo.
“Tomamos la decisión de aplicar al RIGI PEELP, que es más exigente que el régimen tradicional y requiere compromisos mínimos de inversión de al menos 2.000 millones de dólares en los primeros dos años”, explicó Morea. Se trata del primer proyecto de cobre en ingresar a este esquema, luego de que Río Tinto lo hiciera con Rincón, en Salta, para litio.
El ejecutivo detalló que este año el proyecto ya prevé desembolsos por unos 400 millones de dólares en trabajos preparatorios y que, bajo el paraguas del RIGI, se acelerará el cronograma de inversión con al menos dos etapas iniciales de 1.000 millones de dólares cada una, un umbral que Vicuña espera superar.
Mientras el Gobierno evalúa la presentación, la compañía avanzará con un informe técnico integrado que definirá con mayor precisión el tamaño de los depósitos y la configuración final del emprendimiento. La decisión final de inversión llegará en una etapa posterior y el financiamiento se realizará con capital propio y aportes de los accionistas.
Para Morea, tanto el nuevo clima político nacional como los cambios en provincias clave como Mendoza refuerzan la previsibilidad que requieren proyectos de largo plazo. “Mientras exista estabilidad regulatoria, como la que garantiza el RIGI por 40 años, las inversiones no se ven afectadas por coyunturas de corto plazo”, concluyó.


