La experiencia tiene lugar en plena puna salteña. Reduce 40% el consumo de diésel y marca el camino hacia una minería más limpia
En pleno Salar de Arizaro, a 420 kilómetros de la ciudad de Salta y a 3.800 metros sobre el nivel del mar, la mina Lindero, operada por Mansfield Minera S.A., acaba de marcar un hito histórico: convertirse en la primera operación híbrida en el país.
El logro se alcanzó gracias a una alianza estratégica con Industrias SECCO, que desarrolló e instaló un innovador sistema de generación solar respaldado con baterías de litio. Esta infraestructura permite que, durante el día, la mina funcione íntegramente con energía renovable, prescindiendo de los combustibles fósiles.

Energía limpia en condiciones extremas
El proyecto incorporó 10.908 paneles solares bifaciales, con una capacidad de 6 MWp, y un banco de baterías de 12 MWh que almacena energía, asegura estabilidad en el suministro y brinda mayor autonomía. La operación está optimizada por un Power Plant Controller diseñado íntegramente por ingeniería nacional, capaz de gestionar la generación en uno de los ambientes más exigentes del país.
El impacto es contundente: 40% de ahorro en el consumo anual de combustible y una reducción significativa de emisiones de CO₂, posicionando a Lindero como modelo de minería sostenible en Sudamérica.
“Este es un paso clave para el futuro del sector. Operar con energía renovable se convertirá en una condición ineludible”, afirmó Agustín Frezze, director de Legales y Asuntos Institucionales de Mansfield.
Minería que mira al futuro
Además de mejorar la huella ambiental, la generación renovable disminuye la dependencia del transporte de diésel hacia zonas remotas, reduciendo costos, riesgos logísticos y exposición a interrupciones. La apuesta no solo responde a la agenda ambiental, sino también a la eficiencia y resiliencia operativa.
Desde SECCO, Georgina Balán, directora de Planeamiento Estratégico, remarcó: “Este tipo de soluciones representa el verdadero triple impacto: económico, ambiental y social”. Con más de 85 años de trayectoria en generación energética, la empresa fortalece así su papel como actor clave en la transición energética del país.
Un antes y un después en la Puna
La puesta en marcha de esta planta híbrida no solo transforma a Lindero: también redefine el mapa energético de la región. En un territorio inhóspito, donde históricamente predominó el uso de combustibles fósiles, la minería ahora brilla con energía limpia, desarrollada con tecnología nacional y visión de futuro.
La Puna salteña, escenario de desierto y altura extrema, se convierte así en símbolo de que la transición energética ya no es un horizonte lejano, sino una realidad tangible que enciende el motor híbrido de la minería argentina.