Se trata de una pieza de 456 toneladas que demandó días para su traslado de IMPSA a la Refinería en Luján de Cuyo, Mendoza
El arribo del gigantesco reactor construido por IMPSA a la refinería de YPF en Luján de Cuyo marca el inicio de un ambicioso plan de inversión de 600 millones de dólares para modernizar el complejo. Su traslado demoró casi una semana por la complejidad y los permisos necesarios. Uno de los mayores problemas fue garantizar la seguridad de los puentes por los que iba a atravesar.
La compañía comunicó que este lunes quedó en funcionamiento.

Un reactor para desulfurizar
El equipo, una torre metálica de 456 toneladas valuada en 8 millones de dólares, será utilizado para desulfurizar el petróleo crudo, es decir, reducir al mínimo las partículas de azufre que contiene antes de convertirlo en gasoil. Con esta tecnología, YPF busca alcanzar el estándar de 10 ppm (partes por millón) de azufre en su diésel premium, en línea con la normativa ambiental europea, que es cinco veces más exigente que la actual.

Qué se reformará en la refinería
El plan incluye la construcción de tres nuevas plantas (HDSII, H2II y SE33) y la refuncionalización de dos instalaciones ya existentes (HDSI y OSBL) dentro de la refinería de Luján de Cuyo. Estas obras permitirán incrementar la capacidad de producción y mejorar la calidad de los combustibles, en particular del gasoil, que representa más de la mitad de la producción diaria del complejo.
Empleo y desarrollo local
La ampliación demandará mano de obra directa para unas 500 personas y el involucramiento de pymes locales como proveedoras de bienes y servicios, lo que convertirá al proyecto en uno de los motores industriales más importantes de Mendoza en las últimas décadas.
Según la petrolera, se trata de la mayor inversión en refinación de los últimos 40 años en la provincia, destinada a garantizar combustibles de mejor calidad y menor impacto ambiental.